Las prácticas culturales tradicionales en los caseríos del distrito buscan atender las necesidades de los habitantes y de compensar la falta de cobertura de ciertos servicios que debe brindar el estado. Por ejemplo, ante la falta de servicios de salud existen promotores de medicina tradicional como parteras, hueseros y curanderos (estos últimos en disminución). De otro lado, existen promotores educativos y agropecuarios para apoyar a la población.

Los partos en 10 caseríos son atendidos por parteras tradicionales. Aunque los habitantes indican que el número de parteras ha disminuido, estas siguen teniendo una presencia importante. No obstante tienen experiencia en la asistencia de los partos, las malas condiciones sanitarias de los lugares en donde las madres alumbran, pueden aumentar el riesgo de infecciones puerperales. 
El 38.8% de los caseríos cuenta con la presencia de un huesero, persona que en base a la práctica desarrollada de generación en generación, presta atención sobre luxaciones y fracturas.

De otro lado, los curanderos sólo se encuentran en la capital distrital y en Jocos. Son depositarios del saber médico andino, que recrean al interior de su mundo los conceptos y prácticas de la Medicina Tradicional. Son uno de los principales agentes reafirmadores y cuidadores de la identidad cultural de los pacientes y pobladores del mundo andino. Sin embargo, en entrevistas con los pobladores en el campo, se pudo recoger que una de las principales causas de la disminución de esta práctica cultural es que la gente ha perdido fe en ellos por constantes engaños y estafas.
En 6 caseríos existen promotores agroperucarios. Son personas capacitadas para la transferencia de conocimientos acerca de prácticas agrícolas a los agricultores de los caseríos.

Finalmente, los promotores educativos se encuentran en aquellos caseríos que se encuentran alejados y donde existe servicio educativo primario pero precario.