La utilización de plaguicidas y fungicidas en el distrito de Matara se da en todos los caseríos. Las plagas y enfermedades más comunes tratadas con estos productos también son el gusano, pulgón, mariposa y la rancha. Estas se van haciendo resistentes a estos productos, hecho que los agricultores desconocen en su mayoría, por lo que buscan cada vez productos de mayor toxicidad.
De la variedad de productos químicos aplicada, más del 70% de ellos tienen alta o extrema toxicidad, como por ejemplo: Curafos, Lasser, Tamarón, Paratión, Monofos, Folidol y Aldrín. Las etiquetas de estos productos son rojas. Mientras que el 30% restante corresponde a plaguicidas y fungicidas de baja toxicidad que tienen etiquetas verdes, como Decis, Antracol y Ridomil.
Como ya se ha mencionado, se prefiere el uso de estos productos a pesar de que representa mayores costos de producción, daños en la salud y el medio ambiente. Incluso se utiliza productos cuya venta está prohibida o restringida, como por ejemplo Parathión y Aldrín.
El plaguicida Parathión en humanos puede causar dificultades para el habla, pérdida de conciencia y de los reflejos normales hasta convulsiones y coma, parálisis respiratoria, afecta especialmente a los músculos del sistema respiratorio. También es peligroso para animales domésticos y salvajes y tiene efectos mutagénicos en plantas. En el Perú está prohibido en su presentación líquida el año 1998 y en polvo el año 2000. Su comercialización es ilegal (CEDEPAS 2005).
Aldrín es una sustancia peligrosa para el ambiente, persiste en el suelo: 50% desaparece transcurridos entre 4 y 7 años. Por eso hace parte de la lista de Contaminantes orgánicos persistentes del Programa de las Naciones Unidas por el Medio Ambiente (PNUMA).
El uso de plaguicidas pertenecientes a las categorías toxicológicas extremadamente y altamente peligrosos, representa un serio riesgo a la salud de los agricultores que están directamente expuestos durante la manipulación de estas sustancias químicas, especialmente cuando no toman las medidas preventivas adecuadas (CEDEPAS 2005).
El uso de plaguicidas y fungicidas de alta toxicidad se da en 16 caseríos. Higospata y Churgap son los que utilizan una mayor variedad de productos. Cabe resaltar el caso de Matarita y Ciruc donde la variedad es mínima pero se reportó únicamente el uso de plaguicidas de alta toxicidad para combatir el pulgón y la rancha. En el 66.6% de los caseríos se utiliza tanto plaguicidas de alta como se baja toxicidad. Es importante tomar atención al uso de Aldrín en Tinajones, Monofos en Higospata y La Taya, y Parathión en Ciruc, Choromarca y San Juan.